jueves, 30 de abril de 2009

El ritual del amor


*Reflexiones varias de otros amantes de la naturaleza


El ritual del amor

Hace algún tiempo, en algún lugar, hombres y mujeres habitaban felices a orillas de un lago en armonía con el entorno. Todos los días realizaban sus actividades en la cercanía de la comunidad: caminaban por las barrancas en busca de leña, recogían agua del rio, colectaban plantas para preparar remedios y juntos cosechaban la milpa y bajaban los frutos maduros de los árboles.

Ellos pensaban que eran muy importantes los demás seres vivos que los rodeaban, de hecho convivían agradablemente juntos, basándose en el respeto mutuo. Conocían un poquito acerca de cada uno: admiraban el canto matutino de las aves, esperaban a la época de floración del zompantle, incluso, sabían que en época de lluvias no debían de cortar todos los hongos porque eran para el consumo de otros animales.

También sentían mucho respeto por la fertilidad del suelo y la abundancia del agua, pero creían que era un grave delito desperdiciarla o contaminarla. Desgraciadamente había un grupo de pescadores que extraían todo tipo de animales del lago: anguilas, peces conchero, tegogolos... Estos irrespetuosos vecinos se pasaban todo el día pescando sin ninguna medida y sin control, hasta que los peces escasearon y las águilas que se alimentaban de ellos, tristes y hambrientas tuvieron que migrar a otros lagos.

Cuentan que tiempo después, la falta de peces y de aves causó una plaga masiva de insectos que provocaba enfermedades. Ante la gravedad de la situación, los sabios y curanderos se reunieron a debatir acerca de cuál era la mejor solución para terminar con ese problema. Todas las medidas fueron inútiles y la gente seguía enfermando, entonces, prendieron hogueras, de entre sus brasas surgía el humo de una mezcla de plantas aromáticas que ayudaría a repeler a los insectos, pero tampoco fue suficiente.
Muy preocupados, los hombres mas importantes del lugar salieron a caminar al bosque y la brisa que soplaba entre las hojas les susurro que la solución estaba ahí, pero que tenían que buscar entre ellos.

A la media noche, los sabios encontraron al Murciélago, y le platicaron lo que les pasaba. El Murciélago, al verlos tan tristes, decidió ayudarlos. Voló para platicar con la Rana, y la Rana le dijo a la Garza, y los tres animales decidieron acabar con la plaga.

Por el aire, cientos de murciélagos llegaron de los cuatro rumbos. Entre las plantas, las charcas y los estanques, las ranas cenaron insectos y cantaron contentas. Las garzas buscaron hasta debajo de las piedras. De esa manera se repartieron el trabajo y cumplieron, al fin, su importante misión.

Como los pescadores estaban muy arrepentidos por lo que habían hecho, se acercaron a los sabios para que les dijeran la manera de pescar sin alterar el equilibrio del lago. Y los sabios les contestaron estas enigmáticas palabras: “El respeto, el cuidado y la armonía es la base de la salud de todos nosotros y del medio ambiente”.

Los habitantes agradecieron a la naturaleza el aprendizaje que les dejaba esta situación adversa. Colocaron ofrendas al aire, al agua, a la tierra y al sol. Hicieron rituales de amor a los animales, a los árboles y a los peces: bailaron toda la noche entorno al lago y parecía que los peces también bailaban, las garzas en la orilla agitaban sus alas al ritmo de la música y las ranas croaban. Y la celebración continuó hasta la llegada de la noche acompañada por la luna y las estrellas.


Anónimo

jueves, 2 de abril de 2009

Mucho trabajo y muchos planes


Para este año 2009, tenemos mucho trabajo y muchas metas por cubrir, alimentaremos con mayor frecuencia este blog.

Buscamos tooooooooodas las actividades que se puedan hacer simultáneamente al trabajo de vivero de especies nativas de Los Tuxtlas.


Mientras unas fotitos!!!